¿Qué es una DApp?
La mayoría de las aplicaciones actuales funcionan en redes centralizadas que están operadas por autoridades de control. Por ejemplo, las redes sociales, los bancos o los servicios de streaming almacenan tus datos en servidores centralizados. Al acceder a estas aplicaciones, envías una solicitud a sus servidores y, si tus credenciales (es decir, el nombre de usuario y la contraseña) son válidas, dan luz verde al acceso. Aunque esta centralización en términos prácticos es eficiente, es innegable también que genera enormes cantidades de datos de usuarios, y eso supone una exposición no deseada a hackeos, a publicidad inquietante y a que grandes tecnológicas como Google o Amazon les saquen rédito.
Por suerte, estos inconvenientes y deficiencias han aumentado la concienciación sobre la seguridad de los datos, y el interés por soluciones que velan por la privacidad, como la tecnología blockchain, es cada vez más creciente. Las redes de blockchain están descentralizadas, por lo que las grandes tecnológicas no tienen lugar en ellas como intermediarios, y eso es posible gracias al consenso común y los contratos inteligentes automatizados. Vamos a explicarlo de manera más sencilla. Si, por ejemplo, quieres enviar criptomonedas a un amigo:
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Con las DApps, solo tienes que iniciar sesión en tu criptomonedero, seleccionar la cantidad que desees enviar y confirmar la transacción. Un contrato inteligente se encargará de completar la transferencia, y los validadores de la blockchain trabajarán conjuntamente para verificarla, generando como resultado un registro permanente en la propia blockchain.
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En la Web2 y su tecnología centralizada, sin embargo, te obligan a enviar dinero fiduciario y hacerlo a través de una red centralizada. Esto significa que un banco se ocupa de todos los pasos de la transacción. Es dueño de los datos y es el que decide si la transacción es válida o no.
Las aplicaciones descentralizadas o DApps son el equivalente basado en blockchain a estas aplicaciones tradicionales. Son, en otras palabras, una recopilación de contratos inteligentes interconectados y, entre bastidores, cada contrato inteligente lleva a cabo una función específica dentro de la aplicación. Cabe recalcar que las DApps son parecidas en apariencia a las tradicionales, con la diferencia de que sus cimientos se sustentan sobre tecnología blockchain. Esto hace que compartan atributos comunes que son ajenos a las plataformas centralizadas:
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Sin puntos de fallo: Las DApps son más fiables que las tradicionales porque las redes de blockchain se componen de muchísimos nodos. Si Instagram se cae, todos los usuarios pierden el acceso a la aplicación. Esto pasa porque sus servidores son centralizados. Sin embargo, es mucho menos probable que a una DApp le pase tal cosa, porque para ello cada nodo tendría que fallar al mismo tiempo.
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Código abierto: La naturaleza descentralizada de la tecnología blockchain exige que todos los miembros de la red tengan acceso al código fuente. En un ecosistema sin intermediarios, los usuarios deben identificar y verificar cada aplicación para evitar estafas y malware pernicioso.
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Mecanismo de consenso descentralizado: Al no haber autoridad central, las redes de blockchain emplean mecanismos de consenso para garantizar la validez de todas las transacciones que tienen lugar en ellas. La red al completo es por tanto responsable de la verificación de todas y cada una de las transacciones que se producen en las DApps.
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Tokens de utilidad: Lo mismo que hace falta pagar para acceder a determinadas aplicaciones tradicionales, muchas DApps integran un token de utilidad que guía la economía de la plataforma. Por ejemplo, muchos tokens de utilidad hacen viable la gobernanza de DApps, transacciones en las mismas aplicaciones y programas de recompensa, por citar algunos casos de uso.
Ahora que ha quedado claro qué son las DApps y cómo funcionan, pasemos a abordar los distintos tipos que hay y su papel en el extenso ecosistema de redes de blockchain.
Tipos de DApps
Aunque todas las DApps funcionan de un modo similar, podemos clasificarlas en tres categorías según sus fines específicos y capas de protocolo (que son como niveles de una tarta de bodas que pueden apilarse unos sobre otros).
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Tipo 1: Estas DApps tienen su propia red de blockchain. Bitcoin es considerado por muchos la primera aplicación descentralizada.
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Tipo 2: Estas DApps aprovechan las del tipo 1 integran un token de utilidad, el cual resulta necesario para su funcionamiento. Por ejemplo, el protocolo Omni se sustenta sobre la blockchain Bitcion y funciona a modo de plataforma comercial distribuida.
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Tipo 3: Estas DApps funcionan por medio del protocolo de las del tipo 2. Por ejemplo, la SAFE Network (siglas en inglés de “Secure Access for Everyone) es una red descentralizada de almacenamiento de datos y comunicaciones que permite la creación de sitios web y aplicaciones resistentes a la censura. Esta red aprovecha el protocolo Omni para emitir SafeCoins.
Si no te han quedado claros los diferentes tipos de DApps, los siguientes paralelismos con plataformas conocidas te serán de mucha ayuda.
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Tipo 1: El sistema operativo macOS Monterey de tu ordenador Mac
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Tipo 2: El navegador Brave instalado en tu ordenador Mac
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Tipo 3: El complemento Honey que se ejecuta en el navegador Brave instalado en tu Mac
Si bien todas las DApps se dividen en tres categorías, cada una se adhiere a un caso de uso o aplicación único. Vamos a desglosar a continuación algunas de las DApps más populares y su papel en la reimaginación de la experiencia en línea.
¿Qué usos tienen las DApps?
Las DApps de hoy en día actúan como puente entre los sistemas actuales de la Web 2.0 y la Web3, que es el Internet descentralizado del futuro. Esto significa que es posible acceder a muchas de ellas por medio de navegadores convencionales como Google Chrome o Firefox, aunque luego se valen de contratos inteligentes para comunicarse con las redes de blockchain subyacentes. En otras palabras, su interfaz es la “de toda la vida”, pero tienen tras de sí bases de datos descentralizada en lugar de servidores centralizados.
Dada la juventud de la tecnología blockchain, existen menos aplicaciones descentralizadas que de las tradicionales. Sin embargo, el constante avance de dicha tecnología está poco a poco diversificando el ecosistema, y en las siguientes categorías ya hay DApps que se erigen en términos de popularidad por encima de las demás.
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Criptomonederos: Los criptomonederos son aplicaciones cruciales en el ecosistema descentralizado. Son necesarios para comprar, vender y comerciar con criptomonedas, y pueden ser con custodia o sin custodia. Los criptomonederos con custodia como los de plataformas de criptomonedas centralizadas (CEX, por sus siglas en inglés) son así, con custodia, porque la plataforma almacena tus claves privadas, que equivalen al PIN de tu cuenta bancaria en el mundo “tradicional”. Los criptomonederos sin custodia, sin embargo, están únicamente bajo tu control, lo que significa que nadie más tiene acceso a tus claves privadas.
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Plataformas de cambios descentralizados (DEX): Los usuarios suelen acceder a estas DApps por medio de un navegador. Si introduces la URL de una plataforma DEX, te aparecerá una interfaz para conectar un criptomonedero. En cuanto lo hagas, podrás empezar a interactuar con su respectiva DApp, participando en fondos de liquidez, loterías, mercados de NFT y otras funciones.
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Redes sociales: Al igual que las plataformas de redes sociales convencionales como Facebook o Instagram, las DApps de esta índole como Steemit facilitan el contacto en línea entre personas. Sin embargo, estas aplicaciones descentralizadas invierten el flujo de valor y te recompensan por participar en la red, en lugar de almacenar tus datos y monetizarlos como hacen las otras.
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Videojuegos: Los videojuegos descentralizados conforman una de las categorías más populares del ecosistema blockchain. Los más populares, como Axie Infinity, Splinterlands o My DeFi Pet, integran tokens no fungibles (NFT) para garantizar que los usuarios conserven el valor que generan en el metaverso.
Usar Brave para acceder a las DApps
En resumen, las DApps residen en redes descentralizadas, mientras que las aplicaciones tradicionales hacen lo propio en redes centralizadas. Las DApps desempeñan un papel fundamental en el proceso de transición entre la experiencia actual que brinda la Web 2.0 y el universo funcional de oportunidades y libertades de la Web3. Por ejemplo, el navegador Brave brinda una experiencia similar a la de Google Chrome o Firefox, pero ofrece valor añadido, como un criptomonedero integrado que permite interactuar con las DApps. A diferencia de los criptomonederos vía extensión, el de Brave es nativo del navegador, por lo que cuenta con una capa adicional de seguridad.
Además, el navegador Brave admite funciones de privacidad que se ajustan al dogma de la descentralización. Una de ellas es el bloqueador de anuncios y rastreadores, que impide la recopilación de datos por parte de terceros. Esta función, por tanto, te permite controlar tus datos y la finalidad de los mismos, evitando que grandes tecnológicas actuando como intermediarios puedan monetizarlos. Esta y otras funciones que velan por la privacidad, junto al criptomonedero integrado, brindan una navegación cómoda y segura por Internet, tanto en su continente centralizado como en el descentralizado.